jueves, 17 de febrero de 2011

La enseñanza de la Historia en los institutos

El otro día,  en una animada conversación con un amigo de capa y espada, éste me decía que fue a realizar una entrevista de trabajo para una academia. El puesto ofertado consistía en dar clases de Historia para alumnos de Secundaria y Bachillerato. A medida que avanzaba su relato, la vena del cuello se me iba hinchando y tuve que decirle que parara pues ya había tenido suficiente.

Mi colega me comentaba que le hicieron un examen cuyas preguntas se centraban prácticamente al siglo XIX, siendo más tipo trivial que otra cosa, ¿A qué hora se la metió Fernando VII a su amante en ciernes el día X a la hora Y?, en definitiva, hablando pronto y mal: Una puta vergüenza.  La madame de la academia le preguntó a mi estimado amigo su formación-  ya ha terciado en una Universidad con 60 alumnos al frente-, y evidentemente, no le han llamado, aunque él tras el dantesco espectáculo me confesó que mejor, pues ganas pocas.

Realmente, la enseñanza de la Historia en los institutos es una falacia, no hay metodología, lo único que potencian es el aprendizaje tras la memorización, sin asociación, con algún que otro comentario de texto insípido que poco vale, dejando la comprensión del alumno y su juicio interno en el rincón del olvido. Esto es una tragedia y más ahora que tenemos un Máster que sustituye al antiguo CAP, eso que es necesario para ser profesor en la enseñanza media- pública-. No nos engañemos, el nuevo Máster es un engañabobos, además te piden un cierto nivel de inglés para acceder, lo cual no veo mal, el problema es que el mayor representante del gobierno que ha impulsado el nuevo sistema, no tiene ni idea de idiomas y de castellano anda muy blandito. Esa hipocresía es la que da asco, cuánto exigen y que mal formados andan ellos. 

Es cuestión de lógica que con dicho sistema en lo que respecta a la enseñanza de la Historia en los institutos, cada vez haya menos matriculados en la universidades de la Licenciatura correspondiente, bueno ya es Grado, pero eso es otra historia que no Historia,  cuya cabida no daré en este folio.

Baste decir que si Larra levantase la cabeza y contemplase a una tal "Esteban" dando lecciones de “Historia” , se volaría la testa[1] con una pistola de estas que escupen dos veces, por si la primera bala no fuese tan certera como la ignorancia que rezuma en la metodología que se aplica en la enseñanza media de nuestro país.



[1] Larra no disparó hacia su cabeza cuando se suicidó, lo hizo apuntándose el corazón.

2 comentarios:

  1. Larra no levantaría cabeza él debía intuir lo aquí quedaba.
    un beso

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  2. Es irritante todo lo que pasa a nuestro alrededor... Hace poco, el señor Granados, consejero del gobierno de la siniestra Esperanza Aguirre, arremetía cual morlaco en una entrevista en Onda Cero contra el rector de la Universidad Complutense de Madrid criticándolo por su supuesta inacción ante el despelote (literal, que pena no haber estado allí) de unas cuantas activistas dentro de una capilla sita en el recinto universitario, reclamando la laicidad de la Universidad (qué locura ¿eh?).

    Yo no se si el rector de marras es capaz o no, ni los resultados objetivos de su mandato. Lo que si se es que, durante su respuesta, comparado con el señor Granados, parecía el mismísimo Tierno Galván. Y es que, mientras de un lado teníamos a un académico que defendía con palabras educadas y argumentos sus ideas, en el otro teníamos a un político, y de los malos además, un completo demagogo muy en la línea de su ama y señora. El repaso que le dio el rector al consejero fue de campeonato.

    Digo todo ésto para ilustrar lo que pasa cuando dejamos nuestra educación en manos de los criminales que pueblan el Congreso, las asambleas, los ayuntamientos... En fin, qué lástima.

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