lunes, 26 de abril de 2010

El "señorío" de Guardiola


Resulta innegable, el papel que el entrenador del F.C Barcelona ha desarrollado con dicho equipo, los logros conseguidos, los títulos y el fútbol desempeñado, pero toda luz se ve manchada por ciertas sombras cuando las cosas no salen como uno quiere, el señorío que los medios habían adjudicado al entrenador del Barça, poco a poco comienza a diluirse en un vaso de agua.


Cuando todo iba bien, “no se iba a hablar de los árbitros”, sin embargo, en lo que va de temporada, el técnico blaugrana bajó dos veces al túnel para llegar hasta los colegiados e increparlos por sus actuaciones. Pero la cosa no queda aquí, el gentleman catalán se lució con unas declaraciones tras el último partido de liga, cuando le preguntaban sobre los árbitros afirmó lo siguiente; “Por la Meseta central saben más de árbitros”. Recuerdan estas palabras, a la España del régimen franquista, esa idea de centralismo que en el Siglo XXI debería de estar más que superada, un mensaje rancio y caduco, fuera de lugar.


El señorío ha de mostrarse a las buenas y a las malas, si esto no ocurre, es que comienza a desteñirse sobre el entrenador del F.C Barcelona la pintura de los triunfos que tapaba la fachada real, pues no sólo con ropa elegante y dándotelas de “cultureta” leyendo libros, se es un caballero.


Y si me preguntan, un entrenador de la primera división española que realmente sea un ejemplo de señorío, diré que Juanma Lillo, entrenador del Almería.


Os dejo una entrevista que realizó Cuatro a Juanma Lillo.


Pinchad aquí.

Va por vosotros.


Te invito a la reflexión, este es el legado de mis pensamientos, versos deshojados a golpe de un corazón, que no sabe de razones, de dioses que manejan las agujas del reloj. Sentado en unas escaleras de piedra, condenadas a renacer por los golpes del sol que ya quema mi gélida piel, tras el bostezo del alba.


Mi mirada se dirige más allá de ese horizonte plomizo que marcan los renglones del cielo, más allá de la burla de los políticos sobre un gran compendio, más allá de los párpados yertos de los muertos que un día soñaron hallar su libertad, más allá de los individuos que venden su carne, más allá del oportunismo, la falsedad y la mentira. Más allá de las máscaras, del estoque trasero, del cuchicheo rastrero.


He abierto un viejo libro, sus páginas se visten de ancianidad, sin embargo, su contenido goza de una gran vitalidad, sus latidos, ya mermados por el paso de los años, siguen caminando por la senda, pausados, pero seguros, con esa templanza que se adquiere tras tantas contiendas en el calendario de los días.


Y como ese libro, son nuestros mayores, tan dejados de lado por el resto de la sociedad en muchas ocasiones, vistos a veces como un estorbo, algo que ya no le presta un servicio al sistema. Si estamos aquí, es gracias a ellos, y el día de mañana nosotros seremos esos ancianos para los que el tiempo ya se detiene y todo va con un soplo de calma.


Si escribo estas líneas, es simplemente porque hoy tras una temporada, pude sentarme y pensar más detenidamente en ciertos asuntos, y si he de dedicar mis logros en la vida, sin duda alguna va para ellos, para las dos personas que desde mis primeros pasos han estado presentes, los que ejercieron como padres y como abuelos. Por ellos va lo del jueves pasado, por esa sonrisa que he sacado de ambos hace unos días.


Gracias…

lunes, 12 de abril de 2010

Gürtel a golpe de albaceteña

Sin saber muy bien la razón, cojo la pluma con sabor a inspiración, rozando las páginas de un país desgarrado, magullado por el tiempo, por la corrupción, la incultura, el “paletismo” ilustrado, la televisión fácil, el imperio del borrego, el caciquismo de los fantasmas del ayer, ideas obsoletas de un siglo pasado, reflejadas en la actualidad. En otros tiempos, cuando a España le quedaba algo de esos valores envueltos en el honor, el pueblo no hubiera dudado en cercenar a los Gürteles con una albaceteña, haber colgado a sus integrantes en lo alto de un poste, o vayan ustedes a saber, no obstante, los tiempos cambian y los chorizos ya no se cuelgan tras la matanza, ahora desprenden ese hedor a cloaca con fianzas millonarias obtenidas de lo robado en tiempos pretéritos y para más mofa se quejan de las duras penas que se les han impuesto.


Uno de esos gorrinos que se han visto salpicados por el caso Gürtel es el Ex alcalde de Majadahonda Guillermo Ortega, un elemento de la España más rancia, Dejó su cargo en manos de Narciso de Foxá, pues tuvo que dimitir tras dejar en bancarrota al pueblo con un déficit de 15 millones de Euros. Una vez llegaron las elecciones municipales pasadas, los populares volvieron a arrasar en las elecciones a pesar del escándalo del ex alcalde anterior. Conclusión, la gente es inepta. Y si hubiera sucedido a la inversa, con el partido Socialista, diría lo mismo, hay cosas que no se deben tolerar.


Una de las medidas que ha puesto el consistorio de Majadahonda para solventar las cuentas de color rojo, no es otra que asfixiar al pueblo con una subida abismal del IBI, de lo cual ya hablé en alguna entrada anterior. Quienes lo padecen en realidad son los ciudadanos de toda la vida, las clases humildes del pueblo, aquellas que no votan al PP. Para los que habitan en las urbanizaciones colindantes y chalets de lujo, pagar más de 400 euros el año pasado y más de 800 este año, es como una golosina, incluso lo ven con buenos ojos, pero para un pensionista que cobra menos de 800 euros al mes se pueden ustedes imaginar. No sólo hay ciudadanos de primera y de segunda en esta España desgajada y patética, también lo hay en los pueblos, donde cerdos como el señor Guillermo Ortega se han intentado burlar de los ciudadanos de a pie.