martes, 28 de octubre de 2014

Trazando la vida.

Escribo para más que pasar el rato, para mirarme frente a un espejo que depura el alma y sana las heridas del camino. Ni arte ni oficio son causa, simplemente el trazado vital que dibujo a cada paso dado. Las consecuencias se guardan bajo arcón cerrado, con el desconocimiento, incluso, de mis más allegados.

Y ahora que la bruma se disipa, y ahora que el cielo nocturno vela mis ojeras, ahora es el momento de desempolvar viejas palabras que en papel y en mente vagaban. Acaso, ¿ no es bello compartir ciertas trazadas? Huellas somos sobre la senda de los mares, por ello se hace necesario recoger las pisadas, antes de que sean devoradas por las aguas saladas. 

Cuando las hojas de este año sean arrancadas y el siguiente amanezca por vuestras ventanas, tal vez despertéis con una sorpresa labrada. Pensamiento fuerte de una pluma certera y un tintero que se seca junto a una vela apagada.