jueves, 3 de febrero de 2011

Hablemos de revoluciones.

El mundo árabe está viviendo en estas últimas semanas un hilo de revoluciones cuya mecha comenzó en Túnez y se expandió por Egipto poniendo en jaque a su presidente- Mubarak-  no obstante, el dictador legítimo por Europa y los Estados Unidos se aferra al poder como si se tratarse de su aliento vital. Jordania y Yemen  han tomado medidas para evitar que su pueblo aflore con tanta fuerza, incluso en Marruecos comienzan a darse ciertos movimientos. No quiero analizar lo que ocurre en aquellos países, pues quiénes paseáis por aquí de vez en cuando, sabéis cómo están las cosas. Quería hacer una reflexión, desviando la mirada a nuestro país: España.
La situación de España es inadmisible, el nivel de pobreza se expande cada día más, la ayuda de los 400 míseros euros desaparece, mientras que los coches de Estado, dietas y hoteles de nuestra clase política lo pagamos nosotros de nuestro agujereado bolsillo- además de sus desorbitados sueldos, claro-. El compromiso social del peor presidente de la historia de España es nulo, ha traicionado a su partido y a sus ciudadanos, si Pablo Iglesias viese tal esperpento se zumbaría un tiro, algo que ya hizo Larra hace algo menos de dos centurias, en parte por amores, pero también por la España que agonizaba, esa que aún sigue vigente, esa que aún es más dantesca políticamente que la del siglo XIX. 

No estamos mucho mejor que aquellos países árabes que se han tornado revolución y a este paso acabaremos igual que ellos en cuanto a condición social, pero no nos engañemos, aquí no se moviliza nadie contra los despojos políticos y también sociales que emergen de la población española. No hay que irse a los últimos acontecimientos, Francia, Italia e Inglaterra se movilizaron por diversas cuestiones, los estudiantes lucharon por sus derechos en Reino Unido ante la triplicación del precio en las tasas universitarias. Aquí en España, no pasa y pasará nada de esto, mientras tanto los bancos se lucran al igual que las grandes empresas españolas, las cuales están en alza, gracias a ese gobierno de gente incapaz de gobernar con el pueblo.
Da igual el partido político, siempre mandarán los mismos, ese es el juego de la falsa democracia, aquella que puso la transición española en un altar y la constitución bajo aureola sacra, intocable se dice, un texto que lleva vigente tantos años, los tiempos cambian, sin embargo, en España aún seguimos en la transición, sí, pues aún no la hemos superado, mejor dicho  estamos en la transición de la transición, para colmo con un matiz regresivo.

¿Y ahora qué?, difícil de precisar, los sindicatos son escoria vendida al mejor postor, no entiendo cómo aún hay gente que cree en ellos, los dos partidos políticos a corte nacional son la misma cara de la moneda que se sirven de los soberanos nacionalistas para regentar el poder, todo a base de egoísmo para llenar las arcas de sus parcelitas de terreno, engañando al común con discursos panfletistas sobre nacionalismos que intentan llenar las almas vacías de aquellos que sólo así se sienten realizados en su existencia- una cosa es sentirse identificado con algo y otra cosa es masturbarse con una bandera, hete ahí la gran diferencia-.  

No hay unidad en España para realizar un movimiento ante la clase política, pues el problema viene de la sociedad, tenemos las leyes y los políticos que nos merecemos, son nuestro reflejo, es algo que hay que cambiar, por suerte cada vez más voces toman conciencia, pero la falsa ética moral de los políticos que nos transmiten sobre sus medios de difusión – hechos a medida- intentan darnos lecciones en nuestra propia vida cotidiana, al igual que borreguitos al corral. Sus armas son la televisión y el fútbol, con éste último todo el país se movilizó, los políticos se rieron en nuestra cara una vez más y respiraron aliviados.

Esa sociedad española que tanto luchó por sus ideales ha desaparecido, las nuevas generaciones son formadas para que no causen problemas, se nos ha inculcado un modelo de vida en el cual piensen por nosotros y por muy mal que vayan las cosas, un parche lo soluciona y tiro porque me toca. Aún así  considero que las grietas van ser próximas, los políticos sentirán miedo, el congresos será inundado por la gente y ese envoltorio de intocabilidad de nuestros dirigentes comenzará a deslavazarse, quizá un sueño, pero al menos ya se ha formado en mi mente, sin duda es el primer paso y sé que en muchos individuos aflora ese pensamiento.
Concierto de Raimon el 18 de Mayo de 1968 en la facultad de Políticas de la UCM
a favor de las libertades, en contra del régimen franquista.

Llegados a tal punto, uno comienza a replantearse la típica frase de los ultras franquistas, aquellos que dicen que “con Franco se vivía mejor”, y si alguno me pregunta si estoy loco, sólo le responderé que al menos en aquella España la gente luchaba por sus ideales- a favor de las libertades, en contra del régimen opresor- a pesar de que a muchos les costase la vida, algo que sería imposible ver en este país en los tiempos que corren. Ya ven ustedes, el siniestro juego gramatical que acabo de hacer, se pueden sacar tantas conclusiones de una mera frase, evidentemente yo no lo hago con el rasero de tales ultras, la Sinde me perdone.

1 comentario:

  1. Has reflejado en palabras la situación tan decadente de España. Y qué decir tiene que aunque como tu bien remarcas, poco a poco van aflorando personas con ideales nuevos, aún hay gente que sólo se manifiesta porque el "botellón" es ilegal o porque no se puede fumar en un bar (Sacrebleu!).
    La unidad ciudadana está muy lejos de conseguir al tener tantos y tan variados maleantes, quizás por eso Franco consiguió una unidad opositora a sus ideales y hubo tanta lucha, pero ahora mires donde mires encuentras corrupción, pobreza y desinterés.

    Ojalá que los paises árabes logren sus objetivos y nos den una lección bien merecida a Occidente.

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