domingo, 16 de octubre de 2011

El último suspiro del verano

Hoy la tarde se vistió de sepia para despedir de forma tardía un verano que se antojó demasiado largo. Ya cano, con un bastón se aleja para dar paso al otoño, somnoliento debido al letargo que adornó sus cabellos de hojas caducas, entre esas sábanas grises del Madrid mortecino.  Aún hoy, el sol daba pinceladas de calor entre las gentes que sentadas en las terrazas de los bares apuraban la amargura del café o la cerveza a grandes sorbos, pensando en la incertidumbre de lo cierto, en los titulares de periódicos manchados, arrugados tras su vaga lectura.

Vistas desde un rincón de Majadahonda
Y al compás del tempo los minutos se mueven, sin tener en consideración la crisis que encuadra el presente, pues para Cronos todo sigue igual, un ciclo más, pues las vidas pasan y las víctimas son una de las consecuencias que las parcas gustosamente cortan sin suspiro final. Siempre fue así, siempre hubo finales, siempre todo acababa y siempre el hombre resurgía de las crisis existenciales que marcan los ritmos de su Historia.

Por unos instantes la mente se evade del tablero y contempla un horizonte dorado, dejándose llevar. Ya no hay crisis,  no hay dolor ni tristeza, sólo los últimos suspiros de un verano que se antojó demasiado largo. Y al volver la vista sobre la mesa, las piezas han recuperado su posición de inicio, dando paso a una nueva partida, dejando la anterior registrada en los libros de Historia.  

miércoles, 12 de octubre de 2011

Tras tanto tiempo


Con la mera intención de dar cabida libre a las teclas, me dispongo a dibujar algunas palabras con sabor a café sobre este folio que ya amarillea en años.

La vida, sucesión de etapas, ha dispuesto que mis pasos crucen esa puerta dejando atrás dos años de lucha constante de escaso aliento, alimentando mis conocimientos y forma de ver el mundo que nos rodea a través de la experiencia acelerada. Y ahora, tras el umbral, espero tantear la nueva senda de una manera más reposada y reflexiva, lo cual no significa inmovilismo y acomodamiento, simplemente vivir.

24 meses duros que sin la ayuda de unos pocos no hubiera sido posible conseguir los objetivos marcados, pues muchos son aquellos que escupen al viento palabras de ayuda, pero en realidad los que siempre están a tu lado son los silenciosos, aquellos que actúan sin mediar palabra y afortunado me hallo por tener a cada uno de ellos a mi lado. Sinceramente: Gracias.

Somos animales sociales, y es cierto que en nuestras vidas existen varios círculos, y cada uno tiene su importancia- evidentemente, el primero es el más relevante- soy consciente, de que descuidé algunas de estas áreas, pero sin funestas intenciones ni con la intención de granjearme algún tipo de enfado. Realmente, no me gusta el pasotismo, sólo que el tiempo, nos permite movernos en unos márgenes que a veces se antojan muy limitados.

Sin ánimo de alargar más la sucinta carta que publico en mi pequeño rincón, deseo que todos aquellos que habéis tropezado conmigo de una manera u otra tengáis un buen porvenir.

Y ahora que el reloj mece las agujas entre sus horas, la inspiración fluye a través de una pluma sedienta de tinta, de palabras, de vivencias, de experiencias, de fantasías, de reflexiones y miradas, ahora puedo al fin, escribir.