lunes, 23 de abril de 2012

El día del libro y España


No podía faltar a mi cita de esgrimir un puñado de palabras en uno de los días más importantes del año. Cervantes así lo quiso entre otros grandes de la literatura universal y por tanto hoy me uno a la defensa del día del libro como un amante más de la sacra escritura entrelazada de historias y venidas que marcan en consecuencia las experiencias de la vida. 

Leyendo noticias acerca de la conmemoración de tal estimado día, comencé a reflexionar en un aspecto que realmente es sintomático de la España en la que nos encontramos, y sin quererlo, encontré la solución para salir de todo tipo de crisis que tan de moda se ha puesto en los últimos años, era algo tan evidente que no me he perdonado no caer antes en mi futura petición a todos los políticos que conforman las dos cámaras sepulcrales, perdón, quise decir de representantes elegidos de forma democrática por el pueblo para servirlo en todo aquello que éste necesite, garantizando los derechos básicos para su existencia y bienestar.
Dejando meditaciones sobre el origen de lo que debe de ser un Estado democrático- aunque realmente está ligado con mi reflexión- oteé de forma somera, a vista de pájaro la piel de toro y las islas que conforman nuestra gloriosa nación- gloriosa por los éxitos deportivos de los que se viste el prójimo- y me di cuenta del problema esencial: El día del libro no era jornada de fiesta nacional. Cierto es, que San Jorge y su leyenda hilvana mares de cultura en Cataluña en clave de libro y rosa y al ser patrón del extinto reino de Aragón, todo su territorio se engalana para la ocasión. Pero aparte de ello y ciertas regiones que aparecen en los mapas de los libros de texto, no hay otro resquicio de luz en los que la sociedad que nos conforma como entidad administrativa con rasgos patrios, pueda ausentarse de su lugar de trabajo pues no es día de fiesta nacional. 

Las iniciativas son buenas en todo el orbe de nuestro país- o como quiere usted llamarle- no obstante no es suficiente, sería básico para ser entidad avanzada en los mares del conocimiento y así en la cultura, la cual vertebra los valores que componen al ser humano, que tal día como hoy fuera fiesta nacional y no el 12 de Octubre, cargado de aire expansionista, militarista, con exhibiciones de un ejército casposo a golpes de una pobre cabra que lo único que desea es estar pastando por los cerros de Úbeda- aquellos a los que les gusta tanto irse a los políticos de nuestro país-. Ese es el problema de nuestra situación, hace falta una chisma más para incentivar al personal, y me temo que los medios de comunicación en este día, motivan más la idolatría al libro desde su vertiente física- Algo de lo que ya hablaba G.K Chesterton en su ensayo “Los libros y la locura” – que en el propio contenido de ellos.

Para cerrar el tenderete del día de hoy, sólo puedo cambiar la frase cada vez más citada por una parte de la sociedad española ante los tiempos de crisis de: ah si Franco levantara la cabeza. Por la de : Ah si Lope, Quevedo y Cervantes levantaran la testa. Cuando esto ocurra, me alegraré de ver que el objetivo de cambiar el día de la fiesta nacional por el 23 de Abril estará más próximo.

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