Definitivamente nuestro país no tiene solución, es un caso único de "garrulismo" de garrafón con ciertos toques de orgullo "patrioteril" que proyecta más al individuo al desconocimiento completo de las ventanas culturales que se abren al paso de la senda de la vida. Pensaba yo,- ¡Ah iluso de mí!- que por la vertiente del libro y sus fastos, con sugerencias de lógica constante, podríamos despertar las conciencias malsonantes, pero me equivoqué no obstante en tal delirio brillante.
No ocuparé muchos párrafos, pues a estas alturas ya ni lo merece debido a lo inútil que todo esfuerzo resulta en los días grisáceos que pintan el cielo, fiel reflejo de un gran número de las gentes que habitan nuestro país mortecino, ilustre Don Gorrino.
Así, las redes sociales fueron envueltas en palabras de cartón y hojalata las noches del martes y el miércoles, tras los sendos partidos disputados por el F. C Barcelona y el Real Madrid ante equipos europeos. Al leer los comentarios de ambos días y ver como el gobierno de nuestro país aprovechaba la atmósfera para introducir medidas deleznables y ver que una gran parte de la ciudadanía española no reaccionaba, me vino a la cabeza el ya habitual pensamiento compartido por unos cuantos de " tenemos lo que nos merecemos" . Por suerte, cada vez son más las voces discrepantes ante la situación descrita, pero queda mucho por hacer.
El problema radica cuando surge el fanatismo, y el fútbol que no debería ser más que un deporte, suscita tantas tensiones entre la ciudadanía, capaz incluso de quitar la vida de aficionados en peleas y batallas campales. El deporte es necesario, un método de evasión, pero el umbral es un fino hilo, el cual gracias al periodismo deportivo y la estrategia política sirve para aborregar a las masas, las cuales, pierden horas metiéndose con el equipo contrario, realizando sátiras baratas, disfrutando y basando su estado de ánimo en lo que ha hecho el equipo rival incluso más que el suyo. No hace falta más que navegar por los mares de internet unos minutos para calibrar el nivel intelectual de una parte de la sociedad, incluso de individuos que se dedican al mundo de la investigación , una verdadera lástima.
Y en verano la Eurocopa, pan y circo para toda la tropa.
El problema radica cuando surge el fanatismo, y el fútbol que no debería ser más que un deporte, suscita tantas tensiones entre la ciudadanía, capaz incluso de quitar la vida de aficionados en peleas y batallas campales. El deporte es necesario, un método de evasión, pero el umbral es un fino hilo, el cual gracias al periodismo deportivo y la estrategia política sirve para aborregar a las masas, las cuales, pierden horas metiéndose con el equipo contrario, realizando sátiras baratas, disfrutando y basando su estado de ánimo en lo que ha hecho el equipo rival incluso más que el suyo. No hace falta más que navegar por los mares de internet unos minutos para calibrar el nivel intelectual de una parte de la sociedad, incluso de individuos que se dedican al mundo de la investigación , una verdadera lástima.
Y en verano la Eurocopa, pan y circo para toda la tropa.
Al poder le conviente fomentar las fiestas para bestias y entreter a la gente rústica molestando a la que estudia. Es una buena estrategia para idiotizar.
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