No podía faltar a mi
cita de esgrimir un puñado de palabras en uno de los días más importantes del
año. Cervantes así lo quiso entre otros grandes de la literatura universal y
por tanto hoy me uno a la defensa del día del libro como un amante más de la
sacra escritura entrelazada de historias y venidas que marcan en consecuencia
las experiencias de la vida.
Leyendo noticias acerca
de la conmemoración de tal estimado día, comencé a reflexionar en un aspecto
que realmente es sintomático de la España en la que nos encontramos, y sin
quererlo, encontré la solución para salir de todo tipo de crisis que tan de
moda se ha puesto en los últimos años, era algo tan evidente que no me he perdonado
no caer antes en mi futura petición a todos los políticos que conforman las dos
cámaras sepulcrales, perdón, quise decir de representantes elegidos de forma democrática
por el pueblo para servirlo en todo aquello que éste necesite, garantizando los
derechos básicos para su existencia y bienestar.
Dejando meditaciones
sobre el origen de lo que debe de ser un Estado democrático- aunque realmente
está ligado con mi reflexión- oteé de forma somera, a vista de pájaro la piel
de toro y las islas que conforman nuestra gloriosa nación- gloriosa por los
éxitos deportivos de los que se viste el prójimo- y me di cuenta del problema
esencial: El día del libro no era jornada de fiesta nacional. Cierto es, que
San Jorge y su leyenda hilvana mares de cultura en Cataluña en clave de libro y
rosa y al ser patrón del extinto reino de Aragón, todo su territorio se
engalana para la ocasión. Pero aparte de ello y ciertas regiones que aparecen
en los mapas de los libros de texto, no hay otro resquicio de luz en los que la
sociedad que nos conforma como entidad administrativa con rasgos patrios, pueda
ausentarse de su lugar de trabajo pues no es día de fiesta nacional.
Las iniciativas son
buenas en todo el orbe de nuestro país- o como quiere usted llamarle- no
obstante no es suficiente, sería básico para ser entidad avanzada en los mares
del conocimiento y así en la cultura, la cual vertebra los valores que componen
al ser humano, que tal día como hoy fuera fiesta nacional y no el 12 de
Octubre, cargado de aire expansionista, militarista, con exhibiciones de un
ejército casposo a golpes de una pobre cabra que lo único que desea es estar
pastando por los cerros de Úbeda- aquellos a los que les gusta tanto irse a los
políticos de nuestro país-. Ese es el problema de nuestra situación, hace falta
una chisma más para incentivar al personal, y me temo que los medios de
comunicación en este día, motivan más la idolatría al libro desde su vertiente
física- Algo de lo que ya hablaba G.K Chesterton en su ensayo “Los libros y la
locura” – que en el propio contenido de ellos.
Para cerrar el tenderete del día de hoy, sólo puedo
cambiar la frase cada vez más citada por una parte de la sociedad española ante
los tiempos de crisis de: ah si Franco levantara la cabeza. Por la de : Ah si
Lope, Quevedo y Cervantes levantaran la testa. Cuando esto ocurra, me alegraré
de ver que el objetivo de cambiar el día de la fiesta nacional por el 23 de
Abril estará más próximo.
olé.
ResponderEliminarEstupendo post.
Feliz día
besitos
Gracias por leerme siempre, un beso : D
ResponderEliminarBravo Chespir ;)
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